El Silencio fue creciendo
En todas partes había silencio; los cerros permanecían inmóviles, los árboles estaban quietos y desiertos los lechos de los ríos; los pájaros habían encontrado refugio por la noche y todo se hallaba en silencio. Había llovido y las nubes estaban también inmóviles.
El silencio fue creciendo y se tornó más intenso, amplio y profundo. Lo que antes estaba fuera, ahora estaba dentro de uno; el cerebro que había escuchado el silencio de los cerros, los campos y los bosques, ahora se hallaba silencioso.
Muy profundamente dentro de sí el cerebro estaba inmóvil, quieto; como un pájaro que pliega sus alas, se había replegado sobre sí mismo y había penetrado en profundidades que se encontraban completamente fuera de su alcance.