La Fuente de la Vida

El 12 de agosto, cinco semanas después de su llegada a Ojai, K. escribió a Lady Emily:

“He estado meditando todas las mañanas por media hora o 35 minutos. Medito de las 6.45 a las 7.20. Empiezo a concentrarme mejor, aun cuando sea por poco tiempo, y vuelvo a meditar antes de acostarme, por cerca de diez minutos. Todo esto es más bien sorprendente para usted, ¿verdad? Al principio me fue difícil meditar o concentrarme pero aunque sólo lo he estado haciendo por una semana, estoy gratamente sorprendido…”

Fue solamente cinco días después de escribir esto que él pasó por una experiencia que cambió su vida.

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“Desde el 3 de agosto yo meditaba regularmente por cerca de 30 minutos todas las mañanas. He podido, para mi asombro, concentrarme con considerable facilidad.  Entonces, el 17 de agosto, sentí un dolor agudo en la base de la nuca y tuve que reducir mi meditación a 15 minutos. El clímax fue alcanzado el día 19. Yo no podía pensar.

El primer día, mientras estaba en ese estado, y más consciente de las cosas que me rodeaban, tuve la primera y más extraordinaria experiencia. Había un hombre reparando la carretera; ese hombre era yo mismo; yo era el pico que él sostenía; la misma piedra que él estaba rompiendo, era parte de mí, la tierna hoja de pasto era mi propio ser y el árbol junto al hombre era yo. Casi podía sentir y pensar como el hombre que reparaba la carretera, podía sentir al viento pasando a través del árbol, y a la pequeña hormiga sobre la hoja de hierba. Los pájaros, el polvo, y el mismo ruido eran parte de mí. Justo en ese momento pasaba un auto a cierta distancia; yo era el conductor, la máquina y las llantas; conforme el auto se alejaba yo también me alejaba de mí mismo. Yo estaba en todas las cosas o, más bien, todas las cosas estaban en mí, las inanimadas así como las animadas, las montañas, el gusano, y toda cosa viviente. El día entero permanecí en esta bienaventurada condición.

En la mañana del día siguiente ocurrió casi lo mismo que el día anterior. Empecé a volver en mí y, me senté con las piernas cruzadas en la postura de meditación. Cuando había estado así por algún tiempo, me sentí a mí mismo saliendo de mi cuerpo, y me vi sentado abajo con las tiernas y delicadas hojas del árbol encima de mí.

Era muy dichoso, estaba en calma y en paz. Había una calma muy profunda, tanto en el aire como en mí mismo, la calma que existe en el lecho de un lago profundo e insondable. Como el lago, yo sentía que mi cuerpo físico, con su mente y sus emociones podía ser agitado en la superficie, pero que nada, absolutamente nada, podría ya turbar la quietud de mi alma.

Ya nunca nada podría ser igual. He bebido en las puras y transparentes aguas que manan de la fuente de la vida y mi sed fue aplacada. Nunca más podría estar sediento, nunca más podría hallarme en la total oscuridad. He visto la Luz, he tocado la compasión que cura todo dolor y sufrimiento; ello no es para mí mismo, sino para el mundo. He estado en la cumbre de la montaña. Nunca puedo ya estar en completa oscuridad; he visto la gloriosa Luz que cura. Me ha sido revelada la fuente de la Verdad y las tinieblas han sido disipadas. El Amor en toda su gloria ha embriagado mi corazón; mi corazón nunca podrá cerrarse. He bebido en la fuente de la Felicidad y de la eterna Belleza. Estoy embriagado de Dios”.

(Los Años del Despertar, Mary Lutyens)

7 respuestas to “La Fuente de la Vida”

  1. Guzmán dice:

    Jiddu Krishnamurti y Mary Zimbalist.

    Evelyne Blau: Mary, habría oído usted decir que un ser hablaba a traves de Krishnamurti; esto fue algo especialmente frecuente en su juventud. ¿Tuvo usted en algún momento la impresión de que hubiera un ente que hablara a través de él?

    Mary Zimbalist: No, nunca he tenido una sensación semejante. Para mí, son tonterías, porque Krishnamurti podía hablar en cualquier momento como hablaba cuando estaba sobre la plataforma; si durante el almuerzo la conversción se volvía seria, hablaba con la misma profundidad y percepción. En las entrevistas, con el público o privadas, hablaba de ese modo. Era el hombre real quien hablaba, no un espíritu que hablara a través de él. Ahora bien, muchas veces, cuando estaba sobre la plataforma, una sentía que había en él una energía extraordinaria, y daba la impresion de que era desde aquella energía y aquella capacidad de penetrar la esencia de las cosas desde donde hablaba. Esto podría ser mera especulación, pero una tenía el intenso sentimiento de que era así. Yo lo sentía así. Emanaba de su inteligencia, de su porpia percepción.

    EB: No obstante, parece que Krishnamurti tenía una conexión con lo que él llamaba “lo otro”. ¿Cuál era la línea que había entre “lo otro” y sus palabras, o, en realidad, su vida?

    MZ: Él nunca habló de una línea. En cambio, hablaba a menudo de “lo otro”, -o inconmensurable -y todas las maravillosas palabras con las que se refería a ello-; y esto, a lo que él llamaba meditación, llegaba a él, generalmente por la noche.

    EB: ¿Llegaba mientras él dormía, y entonces se despertaba?

    MZ: No lo sé, porque solía hablar poco acerca de ello, pero con frecuencia decía: “Tuve una meditación extraordinaria la noche pasada” , y a veces, estando a solas con él o durante un paseo -sobre todo en los paseos, que era cuando le gustaba estar en silencio y contemplar la naturaleza-, una sentia que K se hallaba muy lejos. Algo estaba presente o sucedía en aquellos momentos. Era casi tangible a veces.

    EB: ¨¿Sentía también usted la presencia de “lo otro”?

    MZ: Sentía la presencia de una fuerza invisible.

    EB: Algo similar a cuando uno sintoniza una emisora de radio y puede escuchar entonces un concierto, las noticias o lo que fuere. Al parecer, K era capaz de sintonizar esa energía que nos rodea a todos.

    MZ: En cierto modo. Una vez más puede que sea una imaginación mía, pero yo diría que es como si hubiera algo, que es innombrable aunque pueda llamársele inteligencia, verdad o belleza -cualquiera de esas cosas-, a lo que la mayoría de nosotros estamos ciegos y no sentimos.

    EB: ¿Podía él acceder a ello deliberadamente?

    MZ: Él decía que la meditación no podía ser deliberada, que tenía que llegar a uno.

    EB: ¿Le explicó lo que para él era la meditación? Desde luego que ha escrito sobre ello y hablado de ello en sus charlas, pero ¿habló sobre meditación con usted?

    MZ: Habló de estar en silencio, de estar muy quieto y no dejar que el pensamiento hiciera en la mente lo que le viniera en gana: no dejar que irrumpiera la retahíla de asociaciones que generalmente desfila por nuestras mentes. No hablaba de detenerla por medio de la voluntad, sino de no sumarse a ella. Los pensamientos transcurren y uno los observa y los deja pasar. Con ello uno aprende. Así es que, cuando hablábamos de estas cosas, a menudo lo hacíamos desde el enfoque de la quietud, de la simple observación de la mente sin hacer nada al respecto: ni empujarla ni retenerla. Describía la meditación de muchas formas diferentes, que aparecen en casi todos sus escritos. Lo esencial era tener una mente silenciosa. Él era capaz de estar en esa quietud; una vez, incluso viajando a bordo de un avión advino ese estado meditativo.

    EB: Pero, como explicaba en sus escritos, nunca fue algo para lo que deliberadamente se sentara en silencio.

    MZ: Decía que no se puede inducir. Cuando en sus últimos días estaba tan enfermo, ese algo extraordinario continuaba viniendo a él en medio del dolor y el sufrimiento. En una ocasión dijo: “Algo decide lo que será de mí. Cuando el cuerpo ya no pueda hacer lo que es necesario para hablar, la vida acabará”. Y eso es lo que sucedió.

    EB: ¿Implica que hay “algo distinto”?

    MZ: Algo distinto. No es que él fuera simplemente un instrumento de eso, sino que la expresión de eso era tarea suya. Desde ello hablaba; y cuando en el nivel físico no puduiera continuar hablando, su vida terminaría.

    EB: Él sentía que la razón de su vida era poder dar estas enseñanzas.

    MZ: Sí, esa era su vida. Existía una vida personal, pero esa otra era la realidad.

    Mary Zimbalist, ayudante personal de Krishnamurti.
    (Krishnamurti, 100 años de sabiduría. Evelyne Blau).

    http://seaunaluzparaustedmismo.blogspot.com/

  2. jose luis dice:

    Hola, buenas noches. Me parece interesante lo escrito. !Ojala encuentre el vero sentido¡

  3. ponciano reina dice:

    Cuando trascendemos mas allá de los pensamientos y traspasamos el umbral de la inconciencia, la meditaciòn adviene a nosotros como una corona de gloria, vemos los que otros no pueden ver, sentimos lo que otros no pueden sentir, la inteligencia se vuelve màs aguda, el discernimiento se aclara, se encuentra el sentido de la vida, la meditaciòn ocupa nuestra realidad aùn estando en este mundo fisico.

  4. pedro dice:

    Si el escrito que encabeza este post ( supuestamente suyo) es autentico, entonces no puedo aceptar una contradicción que salta a primera vista ( a mi ). He seguido largamente a K. y conceptos como Dios y Alma los he percibido como insinuaciones de que se trata de conceptos ” consoladores” pero no reales ( puedo estar confundido en mi percepción, lo admito). En el escrito que encabeza este post, se pueden leer claramente frases como ” mi alma no puede estar confundida ” y ” estoy embriagado de Dios”. En mi humilde opinion , no pueden darse a la vez insinuaciones ( en sus videos) que pongan estos conceptos de Dios y Alma como algo ” consolador” y se perciba su pensamiento como de ” algo” que ” no es real” y luego aparezca un escrito como este en el que se lee que ” su alma ya no puede estar confundida” y que ” está embriagado de Dios”. Si la contradiccion ( aparente) fué de K. me siento decepcionado y confundido….falto de que ” la compasión” actue en mi , algo a lo que K. daba tanta importancia.

  5. pedro dice:

    En otro escrito de Krishnamurti manifiesta que el no niega a Dios. Lo que ocurre ( segun escribe) es que antes de tratar de conocer lo incognoscible… antes de explicar lo inconmensurable …lo que no se puede conocer con una busqueda , debemos hacer todo lo posible por ser nuestra luz propia y no depender de las explicaciones que puedan hacer otros . Conocer lo que somos….conocer nuestro interior….conseguir el silencio de la mente y tal vez en este silencio nos venga la explicacion que necesitamos….tal vez en un insight que se produciria en ese silencio.

  6. pedro dice:

    Realmente Krishnamurti no consideraba Dios y Alma como cosas no reales , mas bien las consideraba cosas a las que no se podia llegar a comprender si antes no se daba un estado determinado del ser que nos pone en disposicion de abordarlas….he leido otros escritos suyos que me hacen llegar a esta conclusión. Lamento haberme precipitado y rectifico. Igualmente creo que Krishnamurti consideraba otras cosas como pensar en la salvacion ( en una salvación externa) y otras cosas afines , como consoladoras pero mirandolas desde un punto de vista basado en condicionamientos personales muy arraigados que imposibilitaban llegar a la verdad.

  7. pedro dice:

    En otros escritos de Krishnamurti he percibido que él NO negaba a Dios…..simplemente explicaba que no se puede llegar a la Verdad y a Dios , desde un estado de condicionamientos y miedos . Asi pues , desde un estado condicionado y bajo la presion del miedo, no se consigue la autentica libertad para abordar estos temas y se llega a pensamientos consoladores como ” la salvación que viene de fuera” . El error de percepción fue mio….pido disculpas y rectifico.

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