Reinaba mucha quietud en el amanecer y ni una hoja ni un pájaro se movían. La meditación que comenzó a desconocidas profundidades y continuaba creciendo en intensidad y alcance, esculpía el cerebro tornándolo totalmente silencioso, arrancando de raíz los pensamientos, extirpando sentimientos, vaciando el cerebro de lo conocido y su sombra. Esta meditación prosiguió durante una hora por el reloj. Y era una meditación sin el meditador. El meditador interfiere con sus estupideces y vanidades, sus ambiciones y su codicia. El meditador es el pensamiento que se nutre en estos conflictos, y el pensamiento debe cesar completamente en la meditación. Estas son las bases, los cimientos para la meditación.
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El meditador es el pensamiento
3/05/2010El Silencio fue creciendo
3/03/2010En todas partes había silencio; los cerros permanecían inmóviles, los árboles estaban quietos y desiertos los lechos de los ríos; los pájaros habían encontrado refugio por la noche y todo se hallaba en silencio. Había llovido y las nubes estaban también inmóviles.
El silencio fue creciendo y se tornó más intenso, amplio y profundo. Lo que antes estaba fuera, ahora estaba dentro de uno; el cerebro que había escuchado el silencio de los cerros, los campos y los bosques, ahora se hallaba silencioso.
Muy profundamente dentro de sí el cerebro estaba inmóvil, quieto; como un pájaro que pliega sus alas, se había replegado sobre sí mismo y había penetrado en profundidades que se encontraban completamente fuera de su alcance.
En Soledad
15/10/2009En septiembre de 1942, Krishnamurti había permanecido en soledad por tres semanas en una cabaña que se encuentra en el Sequoia National Park, donde se había sentido extáticamente dichoso.
¡Era tan extraordinariamente hermoso encontrarse solo en medio de estos inmensos, altísimos árboles, antiguos más allá de la memoria y tan por completo indiferentes a lo que estaba ocurriendo en el mundo, silenciosos en su antigua dignidad y fuerza! Y en esta cabaña, rodeado por estos viejos árboles, uno estaba solo día tras día, observándolo todo, haciendo largas caminatas sin toparse prácticamente con nadie.
El Último Diario, p.103